Ahí, ...en mitad de su apoteósica llorera. En mitad de su chapoteo entre las lágrimas, los mocos y los auto reproches de y si "hubiera dicho" o "hubiese hecho"...
Ahí de repente...volvió a escucharlo otra vez. Ahora mas alto y mas claro.
-¡Llorooona!
Magdalen se giró lentamente hacia su espalda y se quedó petrificada. Ahí estaba...La miró incrédula, sin poder dar crédito... " ¿una cebolla... parlante?". No puede ser.
- Llorona, llorona, llorona...- lo escuchó todo de carrerilla y es q encima, sonaba divertida.
Y así es... Es muy curioso cómo nos pasamos la vida temiendo lo desconocido. Es màs, incluso temiendo las pequeñas cosas ya conocidas, esas mismas de las que hacemos todo un mundo... hasta que de repente, en un momento surrealista, una encuentra la serenidad, la confianza en sí misma para entregarse a lo que venga...
Es ahí, cuando "por causalidad", la magia comienza, se despliega y la envuelve a una.Y ahí, es cuando ya... Ya no hay vuelta atrás.
Continuará...
Nota de la autora: Dedicado a las lloronas, especialmente a ésa de ojazos azules, también llenos de coraje.