Junio huele a verano
a tardes eternas y noches cortas
a ganas de terraza y de sol
a pies desnudos
a carcajadas de arena
a corazones en el aire
y a pieles sedientas de luz
Junio tiene el sabor de la primera siestas a la sombra
sabe a noche de San Juan
a ganas de chapuzón aunque el agua esté aún fría
a la impaciencia de las vacaciones que nunca llegan
y a la emoción de ver cada día el sol